En algunas ocasiones podemos encontrarnos que el motor de la motocicleta alcanza temperaturas elevadas, que no son recomendables para el buen funcionamiento del motor. No es un problema si estas aparecen puntualmente, pero si lo es si la temperatura del motor se mantiene alta por defecto.
¿Por qué se calienta calienta el motor de mi moto?
Primero de todo, tendremos en cuenta los diferentes sistemas que el motor utiliza para su refrigeración:
- El primer sistema es el propio aceite lubricante, que se comporta como una eficiente esponja térmica dentro del motor. Se comprobará que el nivel de aceite esté dentro de los niveles aconsejados por el fabricante, factor importante si la motocicleta está refrigerada solo por aire, y que la viscosidad de éste sea la recomendada. Una baja cantidad de aceite o una viscosidad elevada puede provocar un elevado incremento de la temperatura de funcionamiento del motor.
- El segundo sistema es el líquido refrigerante, si la motocicleta dispone de sistema de refrigeración líquida. Este sistema está ideado para motores de elevado rendimiento, y su correcto estado es indispensable para evitar un sobrecalentamiento pueda provocar la destrucción de la junta de culata y/o el gripaje del motor a causa de la pérdida de tolerancias.
¿Cómo evitar que mi moto se sobrecaliente?
La primera señal de fallo en el sistema de refrigeración es el encendido de una luz de aviso por sobrecalentamiento en el marcador de la motocicleta. Deberemos comprobar el buen funcionamiento de la luz de aviso y del sensor de temperatura, descartando fallos eléctricos que provoquen su mal funcionamiento.
Se comprobará que el estado y nivel del líquido refrigerante dentro del radiador y en el depósito de expansión sea el correcto, debiendo sustituirlo si lleva más de dos años en funcionamiento. Si el nivel de líquido refrigerante es bajo, procederemos al llenar de líquido refrigerante hasta el nivel indicado por el fabricante, comprobando que no existen bolsas de aire en los manguitos que puedan falsear la comprobación. Una vez llenado el circuito, pondremos en funcionamiento el motor durante un periodo controlado de tiempo y volveremos a comprobar el nivel de refrigerante. Si el nivel vuelve a estar bajo, puede deberse a una fuga en el sistema de refrigeración.
Las fugas en el sistema de refrigeración pueden producirse por varios factores:
- Tubos viejos o agrietados.
- Abrazaderas en mal estado.
- Juntas deterioradas.
- Radiador perforado.
Muchas de estas fugas solo se observaran cuando el motor alcance su temperatura de trabajo, ya que el aumento de presión en el sistema aumenta las pérdidas de líquido refrigerante. Otras fugas pueden deberse a retenes de la bomba deteriorados, circuito de refrigeración del cilindro agrietado o junta de culata en mal estado.
También pueden aparecer fugas por un exceso de presión en el sistema. Esta alta presión puede deberse a un termostato defectuoso, que se queda permanentemente cerrado, o por fugas de la junta de culata, que traspasan la presión de la explosión al sistema de refrigeración. El aumento de presión y temperatura en el sistema provocará la expulsión violenta del líquido refrigerante por el vaso de expansión.
La comprobación del termostato se hará aplicándole calor y observando su reacción. El fallo en la junta de culata puede observarse si analizamos el líquido refrigerante, ya que los gases generados por la combustión contaminarán el líquido refrigerante y originarán residuos en su seno.
No debemos olvidar uno de los elementos principales del sistema, el radiador. El buen estado de este elemento es esencial para el buen funcionamiento del sistema, perdiendo su capacidad cuando más de un tercio de las aletas está en mal estado.
Un fallo en el electroventilador o en el termocontacto que lo dispara, provocará el sobrecalentamiento del motor en circulación lenta por ciudad o en periodos largos con el motor al ralentí. Para comprobar el electroventilador, puentearemos sus conexiones para suministrarle corriente directa de la batería. Si el electroventilador funciona de esta manera, el fallo estará en el termocontacto o en el relé que lo dispara.
Si el electroventilador no reacciona, puede deberse a una avería en el mismo o en su bobinado, debiendo proceder a su comprobación y reparación, o a su sustitución. Si el fallo está en el termocontacto, comprobaremos su funcionamiento aplicando calor y observando, mediante su conexión a un polímetro, de que proporciona continuidad con el aumento de temperatura, ocasionando así el cierre del circuito y la activación del electroventilador. En el caso de no observar reacción del termocontacto al aplicar calor, se procederá a su sustitución.
En caso de que el electroventilador esté controlado por la centralita electrónica, su accionamiento se realiza a través de la señal que envía una termo-resistencia a la centralita para indicar la temperatura de funcionamiento del motor. Se comprobará la termo-resistencia con el polímetro para comprobar que mantiene sus valores dentro de los indicados por el fabricante.
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