La Presión de los Neumáticos de Motocicleta

La Presión de los Neumáticos de Motocicleta

En el anterior artículo vimos los tipos de neumático de motocicleta y hoy toca hablar de la presión de los neumáticos de motocicleta y su importancia en la conducción. En esta ocasión centraremos nuestra atención en la presión de los neumáticos y todo lo que debemos tener en cuenta.

El neumático es un componente determinante para el cálculo inicial del bastidor, ya que su composición (coeficiente de fricción) y forma (sección) afecta a la posición del centro de gravedad y al comportamiento del vehículo. Las características más importantes de un neumático son la sección, la rigidez de la carcasa y el tipo de compuesto.

¿Qué pasa si tenemos una presión incorrecta en los neumáticos?

El neumático está construido para circular a una cierta presión de inflado que nos especificará el fabricante, y esta presión nos influye en la seguridad, estabilidad, direccionabilidad y rendimiento del neumático. El control de la presión de inflado es una operación de mantenimiento que se debe efectuar con mucha frecuencia y precisión. Los fabricantes recomiendan que sea revisada como mínimo una vez al mes y, en ocasiones, incluso con mayor frecuencia.

  • Presión baja: Cuando circulamos con una presión más baja que la indicada por el fabricante provocamos deformaciones en la carcasa del neumático, produciendo una excesiva degradación, un mayor calentamiento en la banda de rodadura y una inestabilidad de marcha en la motocicleta.
  • Presión alta: Cuando circulamos con una presión de inflado muy alta, perderemos el apoyo sobre el terreno y adherencia de la banda de rodadura del neumático, disminuyendo de esta forma la función de amortiguación del neumático.
    Esto provoca un trabajo excesivo sobre la suspensión y un aumento de los movimientos en la motocicleta. El exceso de presión también provocará un desgaste incorrecto de la banda de rodadura.

Neumático de Motocicleta con nivel de presión baja

¿Cómo verificar la presión de un neumáticos?

Para verificar la presión de un neumático de forma correcta, lo mediremos siempre en frío, respetando las indicaciones del fabricante sobre presiones recomendadas de funcionamiento. Estas presiones pueden variar según el tipo de neumático, la carga del vehículo y el tipo de utilización.

Para realizar la medición de presión utilizaremos una herramienta denominada manómetro. Se recomienda adquirir un manómetro de calidad para evitar los errores de medición que pueden provocar una rápida degradación del neumático. Algunos manómetros llevan incorporada una conexión para un compresor, así podemos realizar la labor de comprobación e inflado del neumático con la misma herramienta.

Si la presión del neumático es baja, inflaremos el neumático y comprobaremos con el manómetro, extrayendo la presión sobrante mediante una maneta o botón incorporada en el mismo manómetro hasta conseguir la presión de inflado correcta.

manómetros

La presión de trabajo de un neumático depende de la rigidez de su estructura interna. Las carcasas más flexibles necesitarán de una mayor presión para asegurar la rigidez y forma de la estructura, y las carcasas más rígidas de una menor presión de trabajo. Por esta razón, al adquirir un neumático siempre preguntaremos las presiones de trabajo, ya que según el tipo de carcasa éstas pueden variar ligeramente. Podemos encontrar en el mercado dos tipos de estructura interna:

  • Carcasa reforzada: Utilizada en neumáticos traseros de tipo muy deportivo, normalmente de uso exclusivo para circuito. Sus presiones de funcionamiento son bajas a causa de su extrema rigidez estructural, utilizando presiones de trabajo en frío de 1 a 1,4 bares.
  • Carcasa estándar: Utilizada tanto en neumáticos delanteros como en neumáticos traseros de tipo deportivo. Se utilizan presiones de trabajo en frio algo más altas que en las carcasas reforzadas, aproximadamente 2,1 bares en el neumático delantero y 1,9 – 2 bares en el trasero.

Estas presiones son las adecuadas para terrenos con alta fricción (circuito), que provocarán que los neumáticos se calienten y aumenten su presión de trabajo hasta los 2,2 bares en el neumático delantero y 2,3 bares en el trasero.

Esta relación no se cumple en los neumáticos de serie para carretera, donde las presiones de funcionamiento recomendadas por el fabricante son más altas. Se debe por que la fricción del asfalto es bastante más baja, y si pusiéramos las presiones que se recomiendan para circuito los neumáticos no se calentarían lo suficiente y no se conseguiría la presión necesaria para estabilizar su estructura interna. Esto obliga a los fabricantes a aumentar la presión en frio del neumático para poder asegurar su correcto funcionamiento y evitar una deformación incontrolada de la carcasa.

El fabricante también recomienda presiones más altas para que el neumático no se deforme a una alta velocidad (conducción por vía rápida con pasajero), y para que tenga un menor desgaste y una mayor duración, factor que es poco importante en competición donde se sacrifica la duración para obtener mejores prestaciones.

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